domingo, 27 de septiembre de 2009

Las oficinas de comunicación social en México





Los gobiernos contemporáneos han creado instituciones que tienen como fin establecer vínculos con los medios masivos de comunicación. Este es un fenómeno reciente comparado con la aparición del Estado moderno. Existen relaciones entre el desarrollo a escala industrial de la prensa, la demanda de información por la sociedad y la creación de las llamadas oficinas de comunicación social (OCS). El Estado capitalista contemporáneo (entendido este como el Estado de la sociedad de masas, de la sociedad predominantemente urbana, de la economía internacionalizada, de las diversidades lingüísticas y culturales que se enfrentan a tendencias homogeneizadoras) no es simple instrumente de la clase dominante. Es un Estado que diseña y aplica políticas más allá de la simple lógica de la ganancia, que tiene la responsabilidad de compensar los procesos de socialización disparados por el capital.
Al otorgar servicios públicos las instancias estatales proyectan una imagen de si mismas donde se sugiere que la educación, el conocimiento, a salud, la seguridad social y otros ingredientes de una “vida decente” son el propósito final de sus medios y políticas.
Cada servicio, que presta el Estado para elevar los índices de bienestar, debe estar respaldado por una campaña de información que se encargue de divulgar socialmente los beneficios del servicio.

Seguimiento histórico de las OCS

En 1936, el Diario Oficial de la Federación publico un acuerdo mediante el cual se modifico la Ley de Secretarias y Departamento de Estado. El documento, firmado por el jefe del Ejecutivo Federal, creo la Dirección de Publicidad y Propaganda como parte integrante de la Secretaria de Gobernación. Con la puesta en marcha de esta dependen, el gobierno encabezado por Lázaro Cárdenas formalizo a nivel institucional su primer modelo de información. En el busco centralizar el control de los medios de difusión estatales, además de justificar, explicar y difundir las acciones del poder Ejecutivo Federal, de manera especial durante la crisis política suscitada a raíz de las medidas tomadas para terminar con el maximato instaurado por el ex presidente Calles.
A partir de 1937, el Departamento de Publicidad y Propaganda (DPP) se convirtió en el “laboratorio de comunicación social” del gobierno; es decir, en el lugar en donde se concentraba, procesaba y difundía la información oficial.
En el gobierno de José López Portillo (1976 - 1982) cuando se puso en marcha una ambiciosa reforma jurídica con el fin de establecer nuevas reglas del juego en la convivencia entre gobierno, medios de comunicación y sociedad.
El presidente Miguel de la Madrid (1982 – 1988) contemplo retomar el debate inconcluso sobre la reglamentación de del articulo 6° constitucional. Pero antes de darse a esta tarea modifico la LOAPF con el objeto de afinar el modelo de comunicación del gobierno. Se ampliaron las facultades de la Secretaria de Gobernación en días después, el 31 de enero de 1983, se creo la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la Republica.
En el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988 – 1994) reforzó la importancia de la Oficina de la Presidencia en el manejo de las funciones comunicativas, desplazando a la Secretaria de Gobernación, que históricamente había cumplió esa función. Salinas de Gortari anuncio en enero de 1993 una nueva relación entre las OCS y los medios de comunicación.
El sexenio 1988 – 1994 será recordó como el periodo donde se puso en evidencia el agotamiento de los modelos económico y político hasta entonces dominantes. Las OCS no resultaron ajenas a este cuestionamiento.

Hacia un nuevo modelo de comunicación social

El aparato gubernamental mexicano esta obligado a crear instituciones que le ayuden a mantener su legitimidad ante la sociedad; de manera continua debe mantener la lealtad de las masas exaltando logros gubernamentales en materia de obra y servicios públicos. Mi opinión es que las OCS mexicanas con su estructura y funcionamiento actual contribuyen de manera importante a esta función.
Sin embargo, las necesidades de los actores sociales demandan un tipo de instituciones gubernamentales que cumplan, además, otras funciones, que sean autenticas fuentes que facilite4n el acceso a la información que genera la actividad gubernamental. Según el modelo de análisis propuesto por Udina (1982), las OCS deben ser los instrumentos a cargo de la elaboración y asesoramiento de las políticas de comunicación de la institución que forman parte. Su característica esencial debe, como toda institución de estructura democrática, hacer circular la información de manera descendente y ascendente, interna y externamente.
La pruebas mas confiable para comprobar el funcionamiento de las OCS es una visita a una de ellas y solicitar información.
De acuerdo al modelo de OCS que propone Udina, debe existir un balance entre las funciones que realice, no debe imperar ninguna en particular y, de esta manera, garantizar el derecho de los gobierno a difundir sus logros pero también el derecho de los ciudadanos a tener acceso a información gubernamental.

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